México, el mundo, contra la política de muerte, por la vida [→ english]
1. El viernes 26 de septiembre en México, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron desaparecidos por la policía de la ciudad de Iguala –que se encontraba bajo las órdenes del presidente municipal, José Luis Abarca– en complicidad con las fuerzas públicas del estado de Guerrero; asesinaron además a David Josué García Evangelista (14 años de edad, jugador de fútbol del equipo Los Avispones), a Víctor Manuel Lugo Ortiz (chófer del autobús en el que viajaba dicho equipo de fútbol), a Blanca Montiel Sánchez (quien viajaba en un taxi), los normalistas Daniel Solís Gallardo, Yosivani Guerrero y Aldo Gutiérrez. El cuarto estudiante, Julio César Mondragón, fue torturado, asesinado y desollado del rostro; además, hubo múltiples heridos, cuatro de ellos de gravedad.
Estos hechos en México desafortunadamente no son aislados, sino que se suman a una larga lista de actos represivos y constantes violaciones de los derechos humanos (ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones forzadas, feminicidios, etcétera) por parte de la policía, el ejercito y las bandas criminales, en contra de la población que vive atemorizada y, más en concreto, en contra de personas que protestan y se organizan; actos que en la mayoría de los casos quedan completamente impunes.
2. Esta situación ha generado en la ciudadanía una enorme indignación y desconfianza en las instituciones del Estado y, a pesar del miedo al que se le ha sometido –debido no sólo a la represión estatal, sino a la violencia de los grupos del narcotráfico– ha salido a manifestarse masivamente en diversas ciudades del país exigiendo la aparición de los estudiantes y castigo a los culpables. La comunidad internacional también se ha mostrado consternada por estos ignominiosos hechos y se ha manifestado en diversas ciudades del mundo (Río de Janeiro, Buenos Aires, La Paz, Los Ángeles, Berlín, Madrid, Oslo, Milan, entre otras) para sumarse a la exigencia de la sociedad civil mexicana.
3. Sin embargo, hasta el momento los estudiantes siguen desaparecidos. Las familias buscan sin descanso a sus hijos con el apoyo de miles de personas volcadas en exigir que los devuelvan con vida. Por su parte, el gobierno de Peña Nieto, más allá de un cínico e irresponsable discurso mediático en el que hace de las bandas criminales las únicas responsables de lo sucedido, no toma medidas reales para encontrar a los estudiantes, identificar a tiempo los cadáveres hallados en fosas comunes (han demorado más de una semana en ofrecer información al respecto) ni afrontar las verdaderas causas que han generado esta espiral de violencia que padece México. La impunidad que reina en las más altas esferas del poder político y económico es un síntoma de una política de muerte que hace de la acumulación, a través de negocios legales e ilegales, una prioridad por encima de toda vida.
4. Por lo antes dicho, los abajo firmantes nos solidarizamos con el dolor y la rabia de las familias y de la población mexicana y nos sumamos a su justo reclamo para exigir:
– La aparición inmediata de los estudiantes con vida.
– Castigo a los responsables de su desaparición y los asesinatos del 26 de septiembre.
– Que se deje de entorpecer la labor del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que participa en las investigaciones para determinar la identidad de los cuerpos encontrados en la fosas comunes.
– Que el Estado mexicano cumpla con sus acuerdos internacionales en materia de Derechos Humanos, y garantice el fin de las desapariciones forzadas, torturas, ejecuciones extrajudiciales y de la violencia de Estado en contra de la sociedad civil y las luchadoras y luchadores sociales.
– Que los gobiernos de los respectivos países de quienes firmamos este documento tomen medidas para presionar al gobierno mexicano a regresar con vida a los estudiantes y poner fin a la violencia.
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!